sábado, 27 de octubre de 2007

Pinochet y alemania

Comentario a los capítulos 1 y 5 de “Revisión de políticas nacionales en educación” de OCDE.

Los capítulos 1 y 5 de “Revisión de políticas nacionales en educación” de OCDE, se refieren a los cambios que ha sufrido la educación chilena en las últimas décadas, principalmente en las de 1980 y 1990, pasando de un gobierno dictatorial en la primera a uno “un poco” mas democrático en la segunda.

Ahora, ambos artículos llevan a cabo un análisis y una descripción muy bien acabados de lo que es la educación en Chile tomando en cuenta estructura, matricula, instituciones, reformas y nuevas estrategias, adoptadas por ésta para avanzar y desarrollar una educación de calidad y equitativa para todos. Sin embargo, es esta misma organización la que se encarga de poner en claro la continuidad de algunos aspectos venidos de la administración del régimen militar en los gobiernos democráticos, como por ejemplo, la de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE): “El gobierno de la transición a la democracia tomo la decisión estratégica de no revertir el proceso de municipalización ni cambiar el modelo y mecanismos de financiamiento establecidos en 1981. Esta opción se tomo a pesar de las expectativas del profesorado de que aquello ocurriera, y a pesar del origen e implementación autoritarios de ambos cambios”. (capítulo 1, página 20)

Otro punto que me interesa en demasía analizar en este comentario es el referido a los que ha pasado con la educación Técnico-Profesional en los últimos años, ya que personalmente provengo de un liceo y una especialidad de la misma en educación media.
Según la OCDE, los cambios en la modalidad Técnico-Profesional responden en su gran mayoría a los que está sufriendo la economía y la industria chilena; la educación TP se creó para ellos y debe responder a estos cambios.

Sin embargo, creo que la misma tiene demasiadas desventajas dentro de la sociedad y de la economía chilena, y esto lo corrobora el mismo capitulo 5, quien refiriéndose a la economía señala: “Se podría haber anticipado que su crecimiento traería consigo una demanda sustancial de trabajo mas altamente calificado a nivel técnico de la misma manera que a nivel profesional (...) Esto no ha sido el caso, posiblemente por las dimensiones particulares de la economía chilena: (...) la agricultura ha ido creciendo, el sector servicio ha ido declinando, (...) la proporción de las industrias es comparativamente baja y los productos de alta tecnología significan solo un 5% del total de las exportaciones” (capítulo 5, página 203)

Lo que entiendo con el párrafo anterior es justamente que la educación TP ha sido creada por el estado y el gobierno, ha sido incentivada a su crecimiento en un sinnúmero de establecimientos, como por ejemplo el mío, el Liceo Politécnico de San Carlos, pero que al momento de garantizar los puestos de trabajo para los egresados de ellos no actúa con la misma fuerza que para las etapas anteriores.
Ahora, otro error que creo cometió el gobierno y los organismos encargados de llevar a cabo las reformas curriculares en los años noventa (A pesar de que también le reconozco varios aportes positivos) es el hecho de querer traspasar lo mas fielmente posible la experiencia alemana de “educación dual” a la educación Técnico-Profesional en Chile.

Es un hecho muy positivo sin duda que una experiencia como esta quiera llevarse a cabo en nuestro país, pero pienso que no puede gestionarse ni desarrollarse de forma idéntica a como lo es en el país europeo, y esto último es así por una razón obvia: no se puede por ningún motivo comparar la sociedad ni la economía chilena con la de Alemania, son dos países con muchas diferencias.

Lo positivo del asunto, y donde tenemos que poner énfasis, es en tomar experiencias de “afuera” como las del país alemán, pero modificarlas y adaptarlas para que los estudiantes de enseñanza media, y en este caso de educación Técnico-Profesional de nuestro país las adquieran, se adapten a ellas y sean capaces de desarrollarse íntegramente en búsqueda de su plenitud social y económica, en definitiva, en búsqueda de la equidad social, que es justamente el objetivo que buscan todas las modificaciones y reformas llevadas a cabo en Chile y descritas en ambos capítulos analizados anteriormente.